miércoles, noviembre 12, 2008

INFORME TRIMESTRAL SOBRE LA ECONOMÍA DE CHILE

INFORME TRIMESTRAL SOBRE LA ECONOMÍA DE CHILE

SEGUNDO TRIMESTRE 2008

INFORME PREPARADO PARA EL SENADOR MARIANO RUIZ-ESQUIDE

JUAN GUILLERMO ESPINOSA
SEPTIEMBRE 2008
Principales aspectos de la actividad económica en el segundo trimestre de 2008.

El ritmo de la actividad durante el segundo trimestre de 2008 se aceleró para enfrentar el fuerte crecimiento de la demanda interna, sostenido por el aumento de la inversión en capital fijo y, en menor medida, por el gasto en consumo de los hogares. La tasa de crecimiento del PIB pasó desde el 3,3% registrado en el primer trimestre a un 4,3%, con lo cual el primer semestre de 2008 cerró con un incremento de la producción de 3,8%, por sobre el nivel del mismo período del año anterior. Es decir, todavía se está por debajo del crecimiento proyectado para 2008, aunque se estima que las perspectivas para alcanzarlo se ven facilitadas por el buen régimen de lluvias que favorecerá a la producción agrícola y a la preponderancia de la generación hídrica en la producción de electricidad, lo que traerá aparejado un fuerte aumento del valor agregado por el sector eléctrico. No obstante, un elemento que puede jugar en contra es que el gasto en inversión real del Gobierno, que ha sido decisivo para el dinamismo de la inversión, no podrá mantener el ritmo de crecimiento de casi 30% registrado en el primer semestre y deberá disminuir forzosamente para aterrizar, a fines de año, en la cifra programada en el presupuesto, que consultaba un aumento promedio en torno al 10%, a menos que se suplemente. Adicionalmente, hay que considerar el efecto restrictivo del alza de la tasa de interés sobre la actividad.
Continúa manteniéndose la tendencia sostenida al desplazamiento de la producción interna por las importaciones en la satisfacción de la demanda agregada de la economía. El volumen de la importación de bienes continúa creciendo a tasas muy por encima de las del PIB. Subió en un 20,3% en el segundo trimestre, desde el 17,6% registrado en el trimestre anterior, lo que da por resultado un incremento de 19% en el primer semestre. Al considerar la importación de servicios, las tasas se moderan a 13,6% y 15,5% en el primer y segundo trimestre, respectivamente. El año 1996 el PIB cubría un 77% de la demanda agregada, coeficiente que ha retrocedido en 10 puntos porcentuales al 2008, situándose en 67%. El sector interno más afectado por este fenómeno es el de la industria manufacturera, cuyo ritmo de crecimiento anual ha disminuido paulatinamente, desde el 6% en 2005, a 3,6% en 2006 y a 2,5% en 2007. En el primer semestre de 2008, registra una contracción de 0,1%. Para la mayor parte de los analistas la causa es su pérdida de competitividad precio frente a los bienes importados, derivada de la desaparición de aranceles, por los tratados de libre comercio, profundizada por la baja del dólar en el mercado interno, a lo que se ha agregado la fuerte alza de costos por el encarecimiento de la energía. En el gráfico de la próxima página, puede observarse que en 2007 incluso el valor nominal promedio del dólar fue muy inferior al prevaleciente en el 2000.
En otros términos, se está produciendo un cambio en la estructura productiva del país hacia los sectores que producen servicios (comercio, transportes, sector financiero y comunicaciones) vinculados con la importación de bienes, en detrimento de la producción industrial. Esto le da una fragilidad al crecimiento futuro de la economía, ya que queda muy determinado por el flujo de la importación y, por lo tanto, por la capacidad para importar del país, que en estos momentos la da el alto precio del cobre.
A ese respecto puede citarse una mala señal proveniente de la balanza de pagos del segundo trimestre. Dado el alto crecimiento en 12 meses del valor de la importación de bienes (44,2%), tanto en precio como en cantidad, y que el valor de la exportación de bienes se desaceleró (3,6%), disminuyó sustancialmente el saldo de la balanza comercial, situándose en 3.791 millones de dólares. Para efectos de la cuenta corriente, el saldo negativo del intercambio de servicios (496 millones) y el de rentas (5.833 millones), que no pudieron ser neutralizados por el correspondiente a las transferencias corrientes, dieron por resultado un déficit en la cuenta corriente de 1.315 millones. Este supera al superávit del primer trimestre, de modo que el primer semestre cierra con un déficit de 114 millones de dólares en la cuenta corriente. Afortunadamente, tanto para corregir la situación desmedrada en términos de competitividad precio de la industria manufacturera y, por otra parte, poner un freno a la importación de bienes, el Banco Central programó la compra de 8.000 millones de dólares, a partir de abril y que sostendrá hasta diciembre de 2008, con el objeto de apreciar el dólar frente al peso. En el mes de junio, el precio del dólar había subido a $493, permaneciendo aún por debajo del promedio de junio de 2007. A fines de junio, las reservas internacionales netas del Banco Central ascendían a un monto de 19.976 millones de dólares, superando en un 11,6% el nivel de junio de 2007.
El cuidadoso manejo de las finanzas públicas, caracterizado por la aplicación de la regla de superávit estructural, redundó en un remanente de los ingresos por sobre los gastos equivalente a 7.150 millones de dólares, al cierre del primer semestre. El alza del precio del cobre ha traído aparejada un cambio en la estructura de los ingresos tributarios, derivado del aumento de las utilidades de la minería privada. En 2005, el IVA superaba en un 87% al impuesto a la renta, situación que se ha modificado a partir de 2006 y ya en el primer semestre de 2008 lo supera sólo en un 20%. Esta situación exige ser muy cuidadosos en materia de rebaja de impuestos, sin considerarla dentro de una reforma integral al sistema tributario, ya que si el precio del cobre disminuye podría pasarse a una situación de déficit fiscal.
En el ámbito del mercado laboral también se esta reflejando el cambio de la estructura productiva hacia los sectores de servicios vinculados a la exportación. En el segundo trimestre, el crecimiento del empleo fue de un 2,9% en 12 meses, que implicó un aumento de 185.430 plazas adicionales. De éstas, 164.550 se concentraron en dichos sectores, mientras que los sectores productores de transables registraron una disminución de 8.360 plazas. El otro sector que contribuyó al aumento de la ocupación fue el de la construcción, con 34.750 puestos adicionales. En otros términos, también la estabilidad y el avance que pueda lograrse en materia de ampliación de la ocupación estaría dependiendo de lo que suceda con el flujo de la importación de bienes y con el dinamismo futuro de la construcción, en la medida que no haya una reacción del sector industrial, la que puede verse facilitada por la política de apreciación del dólar sobre el peso. Como la fuerza laboral ha seguido incrementándose por sobre el aumento del empleo, un 4,6% en 12 meses, la tasa de desocupación se situó en un 8,4%, que se traduce en un desempleo de 603 mil personas.

1.- La Demanda Agregada.
El ritmo de crecimiento de la demanda agregada real de la economía se aceleró en el segundo trimestre, al pasar desde el 6,4% registrado en el primer trimestre a un 7,7%. En este resultado incidió el fuerte dinamismo que cobró la demanda interna, no obstante la caída del volumen de la exportación de bienes y servicios. Durante el primer semestre el crecimiento promedio de esta variable fue de un 7,1%, por sobre el nivel que alcanzó en el mismo período de 2007 y estaría demostrando que la explicación de la desaceleración del crecimiento del PIB no se encuentra por este lado.



a.- las exportaciones.
Las turbulencias financieras que están afectando a la economía mundial no se han traducido en pérdida de mercados para los productos de exportación del país y tampoco en bajas de precios, ya que se trata principalmente de “commodities” y de alimentos. La baja de 0,7% del segundo trimestre correspondió a una caída de 2,5% del volumen de los bienes exportados, contrarrestada en parte por un alza de 7,3% de la exportación de servicios. En promedio, los precios de los bienes tuvieron un alza de 10,2%
De acuerdo con el origen sectorial de los bienes, el volumen de los productos de la minería se contrajo en un 19,6%, explicado por la disminución de la exportación de cobre, que bordeó el 20%, derivada de restricciones de la producción.
El volumen de la exportación de bienes con origen en la industria manufacturera se repuso del cuasi estancamiento que tuvo en el primer trimestre (0,3%) y creció en un 5,4% en 12 meses, sostenido por las de salmón elaborado y de celulosa. En sentido contrario operaron las de metanol, explicada por la restricción del abastecimiento de gas natural, y las de vino.
También el ritmo de las exportaciones con origen en el sector agropecuario-silvícola se aceleró, pasando la tasa de crecimiento desde el 2,7%, registrada en el primer trimestre, a un 15,5%. Las exportaciones de fruta fueron determinantes en este comportamiento. Los precios tuvieron un aumento promedio de 8,9%.
En conjunto, la exportación de bienes alcanzó un valor de 18.956 millones de dólares en el segundo trimestre, que superó en un 3,6% al del mismo período del año anterior. Al cierre del primer semestre de 2008, el valor de la exportación de bienes llegó a un monto de 38.280 millones de dólares, superando en un 9,6% al alcanzado en el primer semestre de 2007.



b.- La Demanda Interna.
El ritmo de crecimiento de la demanda interna experimentó una fuerte aceleración en el segundo trimestre de 2008. La tasa de aumento en 12 meses subió al 11%, desde la de 8,3% registrada en el primer trimestre. Se sustentó en el sostenido y creciente dinamismo de la inversión en capital fijo, cuya tasa de aumento en 12 meses pasó al 22,9% en 12 meses, desde la de 16,6% registrada en el trimestre anterior. Con ello, esta variable tuvo un crecimiento promedio de 20% en el primer semestre de 2008, con respecto al mismo período del año anterior. En el segundo trimestre, el coeficiente de inversión sobre el PIB, a precios constantes, llegó a un 29,5%, el más alto desde el año 1996. Esto significa que del volumen total de bienes y servicios producidos, se destinó casi un 30% a reponer e incrementar la capacidad productiva del país.

El componente de construcción y otras obras tuvo un crecimiento de 13% en 12 meses, originado en la ejecución de importantes obras de ingeniería en la minería; en la construcción de centrales para aumentar la capacidad de generación eléctrica del país; en la ampliación de la red del metro; en el mejoramiento de la red vial de la zona metropolitana; en la construcción de los casinos licitados en las regiones y en el fuerte crecimiento de la inversión real del Gobierno destinada a mejorar la infraestructura de apoyo a la producción y para la prestación de servicios sociales, que tuvo un aumento de 28% en el primer semestre.
El componente de maquinaria y equipo aumentó en un 34,4% en 12 meses, destacando el aumento de los bienes de capital importados compuestos en su mayor parte por maquinaria y equipo para la minería, la generación de electricidad y el transporte.

Las expectativas sobre el gasto en consumo de los hogares era que experimentaría una desaceleración derivada del alza de los precios al consumidor. Sin embargo, esto no sucedió; por el contrario se mantuvo relativamente alto, puesto que las alzas de los precios al consumidor se han focalizado en los alimentos y en las tarifas de los servicios básicos, que si bien tienen un peso muy fuerte en la canasta de los grupos más pobres, van perdiendo importancia en la de los tramos de más alto ingreso. Esto explica el crecimiento de 5,9% que tuvo el consumo en el segundo trimestre. En efecto, el consumo de los grupos de más alto ingreso está más focalizado hacia los bienes durables, al vestuario, al turismo interno y externo, cuyos precios se han mantenido muy por debajo del IPC global. Al respecto puede citarse que el nivel promedio de los precios de los alimentos subió en el primer semestre de 2008 en un 17,6% y el correspondiente al grupo de vivienda, donde están los servicios básicos, aumentó en un 11,8%. En cambio, los precios de los grupos de equipamiento de la vivienda, donde están los bienes durables, crecieron en el mismo período un 0,2% y los del grupo de vestuario disminuyeron en un 0,5%. Con respecto al turismo externo, puede citarse que el tipo de cambio promedio del dólar fue de $470 en el semestre, inferior en 13,8% al del mismo período de 2007. Este bajo precio explica la alta importación de bienes de consumo durable, especialmente de automóviles.

Según las cuentas nacionales, el crecimiento del consumo estuvo liderado por el correspondiente a bienes durables, que registró un aumento de 15,3% en 12 meses. Le siguió el correspondiente a bienes no duraderos, que se incrementó en 5,3% mientras que el de los servicios subió un 3,7%.
El gasto en consumo del gobierno creció en un 5,5%, acorde con lo presupuestado para el presente año.

2.- La respuesta de la oferta.
Los estímulos provenientes del fuerte crecimiento que tuvo la demanda interna en el segundo trimestre generaron nuevamente una respuesta más dinámica de la importación de bienes y servicios que la del PIB. El ritmo de aumento en 12 meses del volumen de los bienes y servicios importados se aceleró desde el 13,6% registrado en ese trimestre al 15,5%, con lo cual multiplicó por 3,6 veces a la tasa de 4,3% con que creció el PIB.

El aumento del volumen de la importación de bienes de consumo fue de un 25,7% en 12 meses, muy concentrado en los bienes durables, especialmente de automóviles.

La presión que ejerció el crecimiento de la inversión en capital fijo por maquinaria y equipo implicó un aumento de 34,4% de la importación de bienes de capital, con preponderancia de los equipos de transporte y para la generación de la energía eléctrica.

La importación de bienes intermedios continuó presionada por la de combustibles, la que en el segundo semestre debiera moderarse bastante debido a que en adelante será preponderante la generación eléctrica en base hídrica. El crecimiento total del volumen de los bienes intermedios fue de 14,3%, correspondiendo un incremento de 20% a la de insumos sin combustibles, muy por sobre el crecimiento de la producción, lo que confirma la hipótesis de sustitución de la producción interna de la industria manufacturera.

El bajo crecimiento del PIB en relación a la magnitud de los estímulos provenientes de la demanda interna se reflejó en la disminución de la producción industrial de 0,1%, que trajo aparejada un practico estancamiento de la producción de transables, al unirse con los problemas coyunturales que enfrentó la producción de cobre y que redundaron en una caída de 5,3% del sector minero en su conjunto. Escaparon a esta tendencia la producción agropecuaria y la de la pesca extractiva, que crecieron en un 6,9% y en un 8,9%, respectivamente.

Los productores de no transables crecieron en un 5,5% liderados por la construcción, sector que aumentó en un 12% su nivel de producción en relación al segundo trimestre de 2007, estimulado por el dinamismo de la inversión en capital fijo. Le siguió, en orden de magnitud del crecimiento, el de comunicaciones con un 11,9%, sostenido por la expansión de la telefonía móvil y del servicio de TV por cable e Internet. Le siguen los sectores de servicios asociados con la importación de bienes y al consumo de los hogares, comercio (6,3%), servicios financieros y empresariales (6,2%), transportes (5%).
Restó puntos al crecimiento la contracción de 8,9% que registró la producción del sector de electricidad, gas y agua, debido fundamentalmente a la preponderancia de la generación en base térmica sobre la hídrica, fenómeno que comenzó a revertirse en el último mes del segundo trimestre y que se acentuará a lo largo del segundo semestre del año. También operó negativamente la restricción del abastecimiento de gas natural desde Argentina.

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