martes, septiembre 09, 2008

Presentación del libro de don Ricardo Hormazábal Sánchez “La Reforma Previsional de la Presidenta Bachelet” el 04.09.08


Agradezco muy sinceramente a Ricardo Hormazábal por la invitación que me ha hecho a comentar su libro La Reforma Previsional de la Presidenta Bachelet.

Se lo agradezco no sólo como amigo y compañero de ideas de tantos años como senador que con ésta, la cuarta incursión en la literatura política y social transforma el quehacer parlamentario en un testimonio de compromiso ético de su cago y en un esfuerzo por colocar a la Política con mayúscula en un nivel que mucho requerimos.

Permítanme unas palabras sobre este tema, que a mi juicio es importante destacar en un instante en el que todos debemos hacer un esfuerzo por levantar el nivel de comportamiento en nuestras instancias sociales y de un esfuerzo por revalidar el debate restándole el sentido de encono que ha adquirido en Chile en el último tiempo.
En este marco el tema previsional es tal vez el que mayor debate ha tenido en Chile en los últimos 50 años.

Justamente a partir de 1958 se abre el primer espacio público, como política pública en el gobierno de Jorge Alessandri. La crisis que muy bien describe Ricardo Hormazábal de un sistema que desde 1920 se había hecho socialmente más amplio y solidario que financieramente se había hecho también más deficitario, complejo e ineficiente en algunos aspectos, obligó al mandatario de derecha a buscar una fórmula que corrigiera sus defectos. El informe de Jorge Prat Echaurren fue un esfuerzo inacabado e inalcanzable de refinanciar y ordenar el viejo sistema, pero que no pudo aplicarse por ese mismo contenido en un país que ya buscaba una fórmula distinta a las típicamente capitalistas para abordar el problema de la seguridad social.

Debe pasar 50 años para que se hiciera realidad esta reforma que hoy nos comenta Ricardo.
Una reforma que pasará a la historia por ser el primer paso eficiente y simultáneamente solidario que se presenta al país. Una reforma que por ello tiene todo el valor de lo primero, básico y fundamental que se hace en esta materia, pero también una reforma que deja – como toda política de cambio – espacios para mejorarla, posibilidades para seguir avanzando en la materia y sobre todo esfuerzos que nos abren la posibilidad de perfeccionarla.

Por eso he aceptado este fraternal encargo de Ricardo Hormazábal para comentar su libro que he leído con mucha disposición de aprendizaje y con mucha alegría por venir de un gran amigo.

Ricardo comenta la Reforma de la Presidenta Bachelet al estilo que todos le conocemos. con exactitud en el diagnóstico, con precisión en los datos, con reconocimiento a lo valórico y fundamental de la ley pero también con franqueza en los déficit que ahí encuentra ,sorteando así con brillantez el viejo dilema del progresismo social y político de avanzar rápida pero ordenadamente, sin quedarse rezagado en los cambios que el pueblo requiere pero cuidando de un maximalismo ineficiente, que muchas veces en la historia de Chile ha terminado siendo el aliado más útil al conservadurismo.

Su libro es entretenido, bien escrito, docto y se lee de corrido que es lo más y mejor que se le puede pedir a cualquier libro de esta densidad.

Contiene el núcleo central de una materia que abarca, como digo, 70 años de nuestra historia nacional.

Su visión crítica del sistema AFP forma parte de nuestra lucha contra la Dictadura porque desde el comienzo la entendimos como parte esencial del modelo capitalista que se estableció en Chile en esos años, centrado en la capitalización privada y en el poder concentrador del dinero.

Los fondos previsionales, los fondos de salud de los chilenos a través de las isapres, la transforman en una plutocracia financiera más que una democracia productiva.

Su relato sobre los antecedentes de la seguridad social será una base importante para los estudiosos del tema.

La captación de antecedentes sobre los debates en el Congreso que recoge en el libro son una historia vívida de un proyecto político social que se recogerá en el debate histórico con tanta fuerza como ha sucedido con los debates del cobre, de la Reforma Agraria, la economía abierta de nuestro país, las reformas de salud o la reforma educacional.

Dos temas captados en los capítulos VIII y IX son la esencia de su planteamiento y se constituyen en los elementos centrales de las propuestas a debatir en el futuro.

La sencillez didáctica y pedagógico de la nueva ley transforma a este capítulo en un elemento de clarificación y de precisión propias de nuestro autor en un tema tan de por sí complicado. Su contraposición frente a las promesas hechas por la Presidenta de la República es una lúcida reflexión, más allá de los hechos sobre lo posible en política y el compromiso democrático que obliga a limitar las aspiraciones para avanzar dentro de los marcos legales.

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