El retorno a medidas usadas en dictadura, la falta de compromiso con la ciudadanía y el riesgo de tener mayor obesidad infantil serían las principales consecuencias de la posición que tomó el Gobierno al vetar el proyecto de ley que regula el consumo de comida chatarra, según criticaron diversos parlamentarios que ayer protestaron frente a La Moneda.
Hasta que se retire el veto, los parlamentarios como el senador Mariano Ruiz-Esquide junto a los diputados Pepe Auth, Marco Antonio Núñez, Rodrigo González y Alfonso de Urresti, se manifestarán todos los días lunes en rechazo a los acuerdos que rompió el Gobierno.
La falta de credibilidad de la ciudadanía se explica por vetos como el realizado al proyecto de ley de Rotulación y Etiquetado, según indicó el diputado Gabriel Silber, quien junto al presidente del Senado Guido Girardi, protestaron frente al Palacio de La Moneda portando diversas pancartas de rechazo.
Según Girardi, existía un pre-acuerdo sobre los únicos tres puntos que incluiría el veto presidencial como permitir la venta de comida chatarra en la educación superior, autorizar la publicidad a los sucedáneos de la leche materna y eximir a la educación superior de programas de concientización sobre los riesgos de la obesidad.
El veto actual incluye otros 6 articulados que, incluso, anulan la obligatoriedad de practicar educación física tres veces a la semana en los establecimientos educacionales, restringe la prohibición de publicidad a menores de 14 años y no a todo menor de edad y determina exigencia sólo a los productos envasados, excluyendo así a alimentos como cajitas felices y otros.
Para el presidente del Senado estas gestiones le restan peso al proceso democrático y legislativo, quien destacó que "es vergonzoso que se presente un veto que es evidente que fue hecho por la Sofofa para seguir engañando como lo hicieron las tabacaleras. Hemos llegado a un punto donde no tiene sentido tramitar leyes, porque si el Gobierno ve que esto toca a los empresarios, el gobierno prefiere transar la salud, la vida y la obesidad al reponer artículos miserables que quiere la Sofofa. Eso merece que protestemos, yo soy presidente del Senado y veo que no tienen sentido las instituciones democráticas".
El camino que queda es resistirse a que gane el interés de las empresas, según Girardi y que se anteponga el bien común para que una ley aprobada por el Congreso no se eche abajo por un veto que es de los empresarios.
Con estas manifestaciones se apela a la credibilidad del Gobierno, según el diputado Gabriel Silber, quien asegura que contaban con el compromiso de las autoridades que luego se cambiaron la chaqueta como del Ministerio de Salud que apoyaría la ley para regular venta de comida chatarra. Sin embargo con la presión que ejercieron las empresas el panorama cambió radicalmente.
"Finalmente, de la noche a la mañana se le pega un portazo al Congreso, cambiando sustantivamente la posición en esta materia. Esto hace perder la credibilidad en política, sé que ha habido reuniones en el ministerio y el Congreso, tenemos extrañeza ante el apoyo del ministro Mañalich y que cambie su posición de la noche a la mañana", sostuvo el parlamentario.
En las manifestaciones de los lunes se espera la presencia de vecinos, ciudadanos y parlamentarios, agregó el diputado, quien apeló a que el Gobierno debe votar con la gente y no solamente privilegiando los interese de grupos económicos que ven una amenaza en este proyecto.
Para el diputado Marco Antonio Núñez este veto deja sin solución la regulación de la comida chatarra por lo que debe ser eliminado, quien declaró que "qué pasa si votamos en contra del veto, no hay proyecto de ley, que es lo que ellos quieren. Si votamos a favor, se aprueban los diez artículos vetados y tampoco habría proyecto. Nunca se había gobernado con veto en los últimos veinte años, los últimos antecedentes son de la dictadura".
Si el gobierno no cumple con sus acuerdos como el que se tenía por este proyecto, no tiene sentido que se reúna con la oposición, según Núñez, ya que falta a sus compromisos.
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