miércoles, enero 05, 2011

Carta a los camaradas previo a la Junta Nacional 4 de enero 2011


Estimados (as) Camaradas :

Al comenzar un nuevo año permítanme hacerles llegar mis deseos de la mayor alegría y bienestar para este año 2011. Entre camaradas cada vez estamos alejándonos de la vieja fraternidad que se hace tan acuciante en los días de Navidad y Año Nuevo. Sin estrechar esa relación cívica en que la Democracia Cristiana nace, vive, crece y se desarrolla, al punto que sin esa fraternidad – expresión política de la caridad y solidaridad cristiana - los llamados del Partido suenan como campanas de madera al decir del Evangelio.

El Partido tendrá este año un tiempo crucial, porque deberemos resolver en los próximos días nuestras conductas políticas en la Junta Nacional y porque el año actual es el único en el que no habrá elecciones y por lo tanto tendremos el reposo suficiente para pensar, para dialogar, para convencernos en nuestras diferencias y para definir lo que queremos de la Democracia Cristiana, su rumbo político y su compromiso social y la manera concreta de implementar nuestras políticas acordadas.

He reiterado a través de los últimos meses, mi visión sobre estos temas que paso a repetir y que entrego como aporte al debate de la Junta:

1. La primera pregunta que debemos resolver es: como vemos cada uno de nosotros el destino de nuestro Partido y por lo tanto como ajustamos nuestras propias acciones personales a ese referente que soñamos. Creo que no hay posibilidades de mejorar la acción de la Democracia Cristiana si no cumplimos esta exigencia ética de una conducta personal coherente nimbada de nuestro compromiso humanista cristiano.
2. Entiendo a la Democracia Cristiana como un instrumento indispensable para articular las fuerzas sociales y políticas de Chile para un proyecto libertario, políticamente sustentable, mayoritariamente progresista, económicamente responsable de una distribución de la riqueza justa y adecuada y nutriéndose de los ideales juveniles, de la productividad de la empresa familiar pequeña y mediana y en los grupos sociales sindicales y profesionales que han sido siempre nuestro sustento. En esta línea de pensamiento nuestra cercanía con el desarrollo de la mujer chilena, la captación de la inteligencia entrenada de los estudiantes de la Educación Superior y la reorganización de los sectores gremiales y sindicales, debe ser también una prioridad inmediata. Recordemos que fuimos grandes cuando nos unimos en la realidad política social del pueblo como llamaba Radomiro. Este rol articulador es lo que hoy llamamos centralidad, que no debe confundirse con una visión de centro político.
3. Dicho lo anterior, el tercer paso indispensable es generar un programa de ejecución inmediata para los años del actual Gobierno, un programa alternativo para los desafíos que vienen desde ahora hasta los próximos diez años y la definición ideológica dentro de ese marco como actualización de nuestro humanismo cristiano. La tarea política será justamente hacer coincidir nuestra acción partidaria con ese aggiornamiento de la ideología.
4. Creo que en esta proyección de nuestra tarea, es absolutamente indispensable definir en esta Junta la realización del Sexto Congreso Ideológico y Programático del Partido. El tremendo aporte que significó el V Congreso de desvaneció en el tiempo porque mucho de lo ahí planteado terminó siendo letra muerta, arrinconado en los cajones del Partido o negado en su rica esencia que hizo envidiarnos. Este Congreso debe recoger todo lo que ahí se señaló para relanzarlo hacia el futuro agregando los grandes desafíos que se nos vienen por delante.
En el próximo tiempo, deberemos enfrentar clara y abiertamente el desafío de la nueva tecnología no sólo como un aprendizaje coyuntural sino como una forma de mejorar la condición de vida de los chilenos, acercando las potencialidades de cada uno de ellos a un destino común y también permitiendo acortar la brecha entre los ricos y los pobres. Debemos enfrentar los desafíos bioéticos que ya nos obligan a pensar la forma de aprovecharlos para una mejor salud y el desafío de un mejor desarrollo de la inteligencia. En este punto el avance tecnológico es de tal magnitud cuando ya sabemos que podemos seres humanos con la tecnología reciente o podemos pensar en otro tipo de bacteria que de nacimiento también a una civilización nueva. Deberemos enfrentar el desafío de un mundo que crece económica y tecnológicamente pero que no avanza en la capacidad de interrelación personal o en el simple arte de vivir que es el signo diferencial de la raza humana.

No hay comentarios.: