Sólo pido que las ideas de cada uno de nosotros se discutan al interior de la Democracia Cristiana sin dar pábulo a que la prensa adversaria nos use para sus propios intereses.
* Senador de la Democracia Cristiana
A mis camaradas:
A partir de la elección del domingo 13 se ha abierto una discusión pública sobre la forma de encarar la segunda vuelta, la precisión de nuestros planteamientos y la relación con las candidaturas derrotadas, pero cuyos votos son necesarios para obtener la victoria.
Incluso se discuten temas partidarios por las eventuales candidaturas disponibles para adelantar cambios en el Partido Demócrata Cristiano (PDC), cuyas directivas duran hasta el 15 de abril de 2010. Con mucho respeto por la libertad de conciencia y de expresión dentro de nuestro partido, y con la plena convicción de que estos temas deberán discutirse, pero también con el derecho que me otorga mi vida de militante, hago llegar esta carta a ustedes.
Porque estoy profundamente preocupado y alarmado por la forma pública en que se está haciendo la discusión sobre nuestro destino en un instante en que lo más importante y lo más relevante debe ser nuestra tarea de lograr el triunfo de Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Me preocupa y me alarma que abordemos de forma anticipada un tema interno que de continuar en debate sólo servirá a los intereses de la candidatura de Sebastián Piñera, por la imagen de discusión interna que a nada conduce.
Me preocupa y me alarma que una propuesta hecha por el señor Enríquez-Ominami sea discutida en público por algunos de mis camaradas sin advertir que caemos en la trampa que día a día nos pone la derecha y el mencionado candidato para provocar un debate ajeno, inútil, que gasta nuestras energías cuando ahora lo único que importa es trabajar por Frei.
Me preocupa y me alarma que frente al país generemos, a horas de la primera vuelta, en medio de la necesidad de mostrar un partido y una Concertación unidos, un debate por la prensa sobre la orientación, la política comunicacional o el sentido de nuestra candidatura. Ello da la imagen de profunda contradicción, sabiendo que la prensa exagerará al máximo estas discusiones y desafectos.
* Senador de la Democracia Cristiana
A mis camaradas:
A partir de la elección del domingo 13 se ha abierto una discusión pública sobre la forma de encarar la segunda vuelta, la precisión de nuestros planteamientos y la relación con las candidaturas derrotadas, pero cuyos votos son necesarios para obtener la victoria.
Incluso se discuten temas partidarios por las eventuales candidaturas disponibles para adelantar cambios en el Partido Demócrata Cristiano (PDC), cuyas directivas duran hasta el 15 de abril de 2010. Con mucho respeto por la libertad de conciencia y de expresión dentro de nuestro partido, y con la plena convicción de que estos temas deberán discutirse, pero también con el derecho que me otorga mi vida de militante, hago llegar esta carta a ustedes.
Porque estoy profundamente preocupado y alarmado por la forma pública en que se está haciendo la discusión sobre nuestro destino en un instante en que lo más importante y lo más relevante debe ser nuestra tarea de lograr el triunfo de Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Me preocupa y me alarma que abordemos de forma anticipada un tema interno que de continuar en debate sólo servirá a los intereses de la candidatura de Sebastián Piñera, por la imagen de discusión interna que a nada conduce.
Me preocupa y me alarma que una propuesta hecha por el señor Enríquez-Ominami sea discutida en público por algunos de mis camaradas sin advertir que caemos en la trampa que día a día nos pone la derecha y el mencionado candidato para provocar un debate ajeno, inútil, que gasta nuestras energías cuando ahora lo único que importa es trabajar por Frei.
Me preocupa y me alarma que frente al país generemos, a horas de la primera vuelta, en medio de la necesidad de mostrar un partido y una Concertación unidos, un debate por la prensa sobre la orientación, la política comunicacional o el sentido de nuestra candidatura. Ello da la imagen de profunda contradicción, sabiendo que la prensa exagerará al máximo estas discusiones y desafectos.
Me preocupa y me alarma que muchos camaradas en regiones y comunas estén preocupados por lo que deben hacer, sintiendo que todo lo anterior es una inconsecuencia que los desalienta.
Por eso, estimadas y estimados camaradas, con el derecho a expresar mi opinión al igual que ustedes, les pido a cada uno de los militantes de nuestro partido que evitemos la discusión pública, que todas las dificultades las resolvamos al interior de nuestras estructuras, que todo lo que puede ser postergado lo sea hasta después del 17 de enero, y que todo aquello que nos divide sea resuelto con tolerancia, prudencia, con ideas y no dando la imagen de que nos importan más los hechos partidarios que la idea central y el afán de hoy: ganar con Frei.
Por eso, estimadas y estimados camaradas, con el derecho a expresar mi opinión al igual que ustedes, les pido a cada uno de los militantes de nuestro partido que evitemos la discusión pública, que todas las dificultades las resolvamos al interior de nuestras estructuras, que todo lo que puede ser postergado lo sea hasta después del 17 de enero, y que todo aquello que nos divide sea resuelto con tolerancia, prudencia, con ideas y no dando la imagen de que nos importan más los hechos partidarios que la idea central y el afán de hoy: ganar con Frei.
Este llamado lo hago a todos y cada uno de mis camaradas con respeto, con fraternidad, y sin otro afán que evitar que nuestros esfuerzos se vean frustrados. Sólo pido que las ideas de cada uno de nosotros se discutan al interior de la Democracia Cristiana sin dar pábulo a que la prensa adversaria nos use para sus propios intereses.
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