lunes, noviembre 09, 2009

Elecciones


In necessariis unitas
In dubiis libertas
In omnibus caritas(San Agustín)

Que la Concertación ha sido exitosa en la conducción del país, nadie lo duda. Que ningún otro candidato presidencial puede garantizar las condiciones que la hizo gobernar 20 años, nadie lo duda tampoco. Que esas condiciones, experiencia de gobierno, y mayoría política y social si consideramos el origen progresista de sus cuatro gobiernos, sólo surgen desde ella, nadie lo niega.

¿Por qué entonces tenemos dificultades para generar la imagen de triunfo que, no dudo, obtendrá Frei? ¿Por qué a tanto ataque pareciera que tuviéramos reticencia de responder la incuria con que se debate? ¿Por qué se presentan progresistas sin serlo o libertarios sin pudor en un ataque diario al gobierno y a Frei? Tal vez porque la propia Concertación olvidó al santo de Hipona en su mensaje, que bien aplicado nos da fuerza y cohesión para enfrentar los errores que otros candidatos predican. Podemos hacerlo sin olvidar la caridad, que en política es respeto.

Seamos claros. El nuevo progresismo que se nos propone no es sino el nihilismo del MIR modificado en ecos de farándula que termina siendo útil a la derecha, y si eso es así, ya no es verdadero progresismo.

Por otro lado, la democracia impoluta que la derecha proclama como paradigma, no es sino la misma que la libertad que violaban mil veces durante la dictadura. Nos guste o no nos guste tenemos una base esencial de unidad que no ha variado, salvo en las nuevas circunstancias que permiten adecuar el programa del próximo gobierno de Frei. Sin refundaciones, sino que con ampliaciones al mundo progresista independiente y profundizaciones conceptuales.

Nos guste o no, la libertad para opinar en lo discutible que señala San Agustín no puede superar la unidad esencial y respeto (caridad) para expresarlo al interior de la coalición. Nos cueste mucho o poco, ese mismo respeto se ha tergiversado creyendo que esa libertad se transforma en un mero libertinaje individual, sin considerar el bien común de Chile que se sustenta en el equilibrio persona e individuo y en el dilema bien particular o bien superior.

Llegó la etapa del debate con el adversario, no con el aliado concertacionista. Llegó la hora de transparentar el fondo de cada posición. También llegó el tiempo de declarar que nuestro tiempo es también el tiempo de la historia de cada movimiento y cada candidato. El Halloween de máscaras y bailes en política no es fecundo.

Mariano Ruiz-Esquide, senador DC

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