Como el cobre, son reservas
que debemos administrar prudentemente, pues son recursos naturales no
renovables.
Entre Navidad y
Año Nuevo, la premura por celebrar y el relajo propio del fin de año, pasó
inadvertida una noticia, de trascendencia para Chile y su porvenir. En la Cámara de Diputados, fue
presentado un proyecto que reserva al Estado y sus empresas la exploración y
explotación del litio, conocido como el "oro blanco" del siglo XXI.
La actual demanda mundial del mineral es de 140 mil toneladas, lo que es avaluado en U$800 millones. Desde el 2009 su precio se disparó y se estima un incremento de 8% por año. Hoy se cotiza la tonelada del mineral en 6 mil dólares. En el norte de Argentina y Chile y sur de Bolivia están el 83% de las reservas mundiales. El Salar de Atacama tendría 26,5 millones de toneladas, seguido por el Salar de Uyuni, con 29,1 millones de toneladas.
Lo positivo es que esa propuesta fue presentada por diez diputados del oficialismo, la oposición e independientes, lo que demuestra la transversalidad de la preocupación por este mineral tan valioso. Los diputados autores de la moción enfatizan que esta propuesta legislativa no atenta contra la inversión extranjera, puesto que los inversionistas podrán siempre asociarse con el Estado de Chile para explorar o explotar el mineral. El proyecto, enviado ala Comisión de Constitución,
modifica el artículo 19 N°24 de la Carta Fundamental , reservando a las empresas del
Estado o aquellas en las que éste tenga participación, la exploración y
explotación del mineral litio. Señalan que el Litio es angular en el desarrollo
de componentes tecnológicos. Celulares, computadores, cámaras digitales, iPods
y todos los productos tecnológicos recargables, incluyendo la próxima
generación de baterías de automóviles.
Pese al promisorio panorama, el Gobierno, el 2012, quiso licitar la concesión de minerales de litio, que fue suspendida por una instancia contralora. Sin embargo, el Gobierno dijo que reemprenderá la licitación. El senador de nuestra zona, Mariano Ruiz Esquide, emprendió una tarea titánica, destinada a socializar y sensibilizar, a los poderes Ejecutivo y Legislativo y a la ciudadanía, de que el litio debe seguir siendo chileno. Paso a paso, se fue acentuando la polémica y finalmente, se detuvo la licitación, por una razón técnica, pero igual oportuna, para que el debate sea más amplio. No hay apuro extremo aún como para entregar esas riquezas en bruto. Como el cobre, son reservas que debemos administrar prudentemente, pues son recursos naturales no renovables.
La actual demanda mundial del mineral es de 140 mil toneladas, lo que es avaluado en U$800 millones. Desde el 2009 su precio se disparó y se estima un incremento de 8% por año. Hoy se cotiza la tonelada del mineral en 6 mil dólares. En el norte de Argentina y Chile y sur de Bolivia están el 83% de las reservas mundiales. El Salar de Atacama tendría 26,5 millones de toneladas, seguido por el Salar de Uyuni, con 29,1 millones de toneladas.
Lo positivo es que esa propuesta fue presentada por diez diputados del oficialismo, la oposición e independientes, lo que demuestra la transversalidad de la preocupación por este mineral tan valioso. Los diputados autores de la moción enfatizan que esta propuesta legislativa no atenta contra la inversión extranjera, puesto que los inversionistas podrán siempre asociarse con el Estado de Chile para explorar o explotar el mineral. El proyecto, enviado a
Pese al promisorio panorama, el Gobierno, el 2012, quiso licitar la concesión de minerales de litio, que fue suspendida por una instancia contralora. Sin embargo, el Gobierno dijo que reemprenderá la licitación. El senador de nuestra zona, Mariano Ruiz Esquide, emprendió una tarea titánica, destinada a socializar y sensibilizar, a los poderes Ejecutivo y Legislativo y a la ciudadanía, de que el litio debe seguir siendo chileno. Paso a paso, se fue acentuando la polémica y finalmente, se detuvo la licitación, por una razón técnica, pero igual oportuna, para que el debate sea más amplio. No hay apuro extremo aún como para entregar esas riquezas en bruto. Como el cobre, son reservas que debemos administrar prudentemente, pues son recursos naturales no renovables.
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