MARIANO RUIZ -ESQUIDE:
El Diario de Concepción 13 Mayo 2012 p. 6-7 Política
Senador observa un vacío político que ni la Alianza ni la Oposición parecen capaz de llenar. Y en ese contexto, golpear en el suelo al Presidente Piñera, no es una buena táctica, acotó.
Entrevistar al senador Mariano Ruiz -Esquide es dar una mirada a la historia política chilena de las últimas décadas. No en vano, el legislador cumplió 82 años el jueves pasado, 55 de los cuales ha militado en la DC, donde últimamente algunos no lo han tratado muy bien, a la espera de heredar su cupo senatorial.
Esta pugna, su visión de la Concertación y su preocupación por el rumbo del Gobierno abordó en un diálogo sin adornos, empezando por su duro diagnóstico del estado de la Concertación.
- ¿Cuál es su interpretación del mal estado de la Concertación?
-Cuando nos juntamos, traíamos 30 años de enfrentamientos entre los partidos.
Teníamos conductas antagónicas, pero primó el bien superior frente ala dictadura que había tomado ya caracteres antiéticos. Lo planteamos como un conglomerado electoral, para derrotar a Pinochet, pero ello nos trajo un problema: quedamos amarrados en los quórum, en las urgencias, en el sistema binominal, en las facultades del presidente y otros temas que nos han repercutido después. Sobre todo, los primeros años de Gobierno, cuando teníamos las dudas de si Pinochet nos iba o no hacer otro golpe militan
- ¿Tuvieron, realmente, dudas de un nuevo golpe?
-Sí, una duda con horror. Porque cuando a Pinochet no le parecía algo, como en el caso de los Pinocheques, lo que hacía era meter miedo a la población y ahí, frente a la clara posibilidad de otro golpe, mucha gente nos decía, `por favor, tengan cuidado`. Y tuvimos cuidado. Hubo una transacción y una Concertación tutelada durante el gobierno de Aylwin y la primera parte de Frei.
- Pero eso no explicaría los últimos años.
-Teníamos un programa corto para enfrentar la transición los primeros 4 ó 5 años, donde había unidad de criterio absoluto. Pero, luego, había que hacer un nuevo programa y ahí comienza la diáspora. Y, ya con muchos años en el gobierno, se comienza desgastar la Concertación,porque tampoco teníamos un proyecto tan a largo plazo, a 20 años.
-¿No pensaron que tendrían tantos años el poder?
-Nunca, algunos pensábamos que gobernaríamos uno o dos periodos, porque sabíamos que la derecha tenía mucha fuerza, no por nada Büchi sacó, en plena dictadura, un 40% y tanto de los votos.
-¿Gobernaron más de lo pensado y ya con fisuras?
-Más de lo proyectado. Teníamos una base común, pero comenzaron a producirse diferencias respecto de la rapidez de los cambios, la profundidad y la naturaleza de esos cambios, en educación, en salud. Además, estábamos en un periodo donde estaba en pleno boom el capitalismo más bruto y nosotros íbamos contra al corriente. No teníamos fuerza para hacer los cambios, mientras la gente reclamaba que fuéramos más allá.
-En los últimos años, da la impresión de que sólo faltó audacia ¿o no?
-Usted lo dijo. Faltó audacia. Creo que pudimos hacer otras cosas porque, francamente, teníamos votos para haberlo hecho. Sin embargo, en el último tiempo, honestamente, algunos sectores se plegaron al modelo económico actual, no lo combatieron con fuerza.
-¿Porque les acomodaba el sistema vigente?
-Exacto. Porque les acomodaba el modelo y porque pensaban que en Chile no estaban las condiciones para hacer transformaciones más profundas y rápidas.
-Y demandas emblemáticas, como el posnatal, las ejecutó la Alianza.
-Así es y yo soy el mayor damnificado de ese proyecto, lo impulsé durante años, pero el Gobierno nunca nos recibió y el modelo de educación no lo pudimos abordar porque había diferencias acerca del tamaño de la reforma que había que hacer. Y luego, a fines de los gobiernos de la Concertación, comenzó la idea de ¿por qué yo no puedo ser candidato presidencial?, mientras otros, como Lagos e Insulza, dieron esta pelea por perdida y no fueron nomás.
- ¿Cree que existan hoy condiciones para un triunfo opositor?
-El problema hoy es que tenemos un 20% para la Concertación y un 25% para el Gobierno y eso no alcanza a ser el 50%. Hay un problema de legitimidad y representatividad, porque hay más de un 50% que no quiere nada.
-Si una derrota de la Alianza no augura el triunfo de la Concertación ¿vislumbra una tercera vía?
-Me preocupa que no haya ninguna vía. Que surja un populismo, un caudillismo en Chile. Un aparecido de cualquier naturaleza. Pero lo cierto es que hay un vacío político y eso es preocupante, siempre. El Gobierno no lo está llenando y pareciera ser que no será capaz de hacerlo y la Concertación tampoco, con su 17%. Esto podría ser llenado de cualquier manera y, entonces, vamos a volver a los tres tercios y eso es lo peor que nos puede pasar. Ya vivimos una carencia de gobernabilidad antes del golpe.
-Dijo que le preocupa el rumbo del país, ¿por qué?
- Me preocupa lo que pasa porque he vivido todos los fenómenos duros del país en los últimos 60 años. Me preocupa el Gobierno, porque entre lo que obtuvo y la abstención no alcanzan la mayoría nacional. Al no ser mayoría es un poco lo que pasó con el gobierno de Allende, que ganó sin una mayoría sustancial. Y no se pueden hacer cambios sustantivos con esa minoría. Por eso me preocupa que tengamos un gobierno de mayorías, cualquiera que sea, pero que tenga mayoría social y política. Un segundo elemento es que el alma mater de este gobierno es económica y financiera y es cosa de ver cómo están los modelos similares en el mundo, Sarkozy por ejemplo. Así, no podrá satisfacer nunca ala gente.
-¿Lo dice por las encuestas del Gobierno?
-Es que es muy grave que un Gobierno tenga un 26% de aprobación al año de gobernar. No hay consistencia. Y yo no quiero que fracase Piñera. Porque no le hace bien al país. Yporque no me interesa, si podemos ganar, que recibamos un país destruido. Eso sería un fracaso no sólo de Piñera, sino del país y también de la clase política, de alguna manera.
-Entonces, ¿no es buena estrategia darle en el suelo al Presidente Piñera?
- No pues, yo no quiero que quedé derrotado, quebrado y hecho pedazos el Gobierno o que el país baje su productividad. Pero las diferencias económicas son espantosas ypor eso la irayla indignación. Porque un país donde haypersonas que tienen un patrimonio de seis mil millones de dólares, mientras otras sobreviven con 170 milpesos es imposible que se sustente y eso es lo que me preocupa.
Candidatos, pero sin programas Frente a las múltiples candidaturas presidenciales, es categórico. "El derecho que tiene cada militante, de cualquier partido, es absoluto. Pero mi planteamiento es que esto se está haciendo mal, muy anticipadamente".
¿Por qué? "Porque aún no tengamos programa en la Concertación, sólo candidatos". Lo mismo ocurre, dijo, en la DC "donde necesitamos un Congreso ya, aunque sea un congresito, que sea capaz de adecuar lo que hizo el Congreso del 2007 a las condiciones de hoy. Porque mis camaradas tampoco tienen un programa".
Esta pugna, su visión de la Concertación y su preocupación por el rumbo del Gobierno abordó en un diálogo sin adornos, empezando por su duro diagnóstico del estado de la Concertación.
- ¿Cuál es su interpretación del mal estado de la Concertación?
-Cuando nos juntamos, traíamos 30 años de enfrentamientos entre los partidos.
Teníamos conductas antagónicas, pero primó el bien superior frente ala dictadura que había tomado ya caracteres antiéticos. Lo planteamos como un conglomerado electoral, para derrotar a Pinochet, pero ello nos trajo un problema: quedamos amarrados en los quórum, en las urgencias, en el sistema binominal, en las facultades del presidente y otros temas que nos han repercutido después. Sobre todo, los primeros años de Gobierno, cuando teníamos las dudas de si Pinochet nos iba o no hacer otro golpe militan
- ¿Tuvieron, realmente, dudas de un nuevo golpe?
-Sí, una duda con horror. Porque cuando a Pinochet no le parecía algo, como en el caso de los Pinocheques, lo que hacía era meter miedo a la población y ahí, frente a la clara posibilidad de otro golpe, mucha gente nos decía, `por favor, tengan cuidado`. Y tuvimos cuidado. Hubo una transacción y una Concertación tutelada durante el gobierno de Aylwin y la primera parte de Frei.
- Pero eso no explicaría los últimos años.
-Teníamos un programa corto para enfrentar la transición los primeros 4 ó 5 años, donde había unidad de criterio absoluto. Pero, luego, había que hacer un nuevo programa y ahí comienza la diáspora. Y, ya con muchos años en el gobierno, se comienza desgastar la Concertación,porque tampoco teníamos un proyecto tan a largo plazo, a 20 años.
-¿No pensaron que tendrían tantos años el poder?
-Nunca, algunos pensábamos que gobernaríamos uno o dos periodos, porque sabíamos que la derecha tenía mucha fuerza, no por nada Büchi sacó, en plena dictadura, un 40% y tanto de los votos.
-¿Gobernaron más de lo pensado y ya con fisuras?
-Más de lo proyectado. Teníamos una base común, pero comenzaron a producirse diferencias respecto de la rapidez de los cambios, la profundidad y la naturaleza de esos cambios, en educación, en salud. Además, estábamos en un periodo donde estaba en pleno boom el capitalismo más bruto y nosotros íbamos contra al corriente. No teníamos fuerza para hacer los cambios, mientras la gente reclamaba que fuéramos más allá.
-En los últimos años, da la impresión de que sólo faltó audacia ¿o no?
-Usted lo dijo. Faltó audacia. Creo que pudimos hacer otras cosas porque, francamente, teníamos votos para haberlo hecho. Sin embargo, en el último tiempo, honestamente, algunos sectores se plegaron al modelo económico actual, no lo combatieron con fuerza.
-¿Porque les acomodaba el sistema vigente?
-Exacto. Porque les acomodaba el modelo y porque pensaban que en Chile no estaban las condiciones para hacer transformaciones más profundas y rápidas.
-Y demandas emblemáticas, como el posnatal, las ejecutó la Alianza.
-Así es y yo soy el mayor damnificado de ese proyecto, lo impulsé durante años, pero el Gobierno nunca nos recibió y el modelo de educación no lo pudimos abordar porque había diferencias acerca del tamaño de la reforma que había que hacer. Y luego, a fines de los gobiernos de la Concertación, comenzó la idea de ¿por qué yo no puedo ser candidato presidencial?, mientras otros, como Lagos e Insulza, dieron esta pelea por perdida y no fueron nomás.
- ¿Cree que existan hoy condiciones para un triunfo opositor?
-El problema hoy es que tenemos un 20% para la Concertación y un 25% para el Gobierno y eso no alcanza a ser el 50%. Hay un problema de legitimidad y representatividad, porque hay más de un 50% que no quiere nada.
-Si una derrota de la Alianza no augura el triunfo de la Concertación ¿vislumbra una tercera vía?
-Me preocupa que no haya ninguna vía. Que surja un populismo, un caudillismo en Chile. Un aparecido de cualquier naturaleza. Pero lo cierto es que hay un vacío político y eso es preocupante, siempre. El Gobierno no lo está llenando y pareciera ser que no será capaz de hacerlo y la Concertación tampoco, con su 17%. Esto podría ser llenado de cualquier manera y, entonces, vamos a volver a los tres tercios y eso es lo peor que nos puede pasar. Ya vivimos una carencia de gobernabilidad antes del golpe.
-Dijo que le preocupa el rumbo del país, ¿por qué?
- Me preocupa lo que pasa porque he vivido todos los fenómenos duros del país en los últimos 60 años. Me preocupa el Gobierno, porque entre lo que obtuvo y la abstención no alcanzan la mayoría nacional. Al no ser mayoría es un poco lo que pasó con el gobierno de Allende, que ganó sin una mayoría sustancial. Y no se pueden hacer cambios sustantivos con esa minoría. Por eso me preocupa que tengamos un gobierno de mayorías, cualquiera que sea, pero que tenga mayoría social y política. Un segundo elemento es que el alma mater de este gobierno es económica y financiera y es cosa de ver cómo están los modelos similares en el mundo, Sarkozy por ejemplo. Así, no podrá satisfacer nunca ala gente.
-¿Lo dice por las encuestas del Gobierno?
-Es que es muy grave que un Gobierno tenga un 26% de aprobación al año de gobernar. No hay consistencia. Y yo no quiero que fracase Piñera. Porque no le hace bien al país. Yporque no me interesa, si podemos ganar, que recibamos un país destruido. Eso sería un fracaso no sólo de Piñera, sino del país y también de la clase política, de alguna manera.
-Entonces, ¿no es buena estrategia darle en el suelo al Presidente Piñera?
- No pues, yo no quiero que quedé derrotado, quebrado y hecho pedazos el Gobierno o que el país baje su productividad. Pero las diferencias económicas son espantosas ypor eso la irayla indignación. Porque un país donde haypersonas que tienen un patrimonio de seis mil millones de dólares, mientras otras sobreviven con 170 milpesos es imposible que se sustente y eso es lo que me preocupa.
Candidatos, pero sin programas Frente a las múltiples candidaturas presidenciales, es categórico. "El derecho que tiene cada militante, de cualquier partido, es absoluto. Pero mi planteamiento es que esto se está haciendo mal, muy anticipadamente".
¿Por qué? "Porque aún no tengamos programa en la Concertación, sólo candidatos". Lo mismo ocurre, dijo, en la DC "donde necesitamos un Congreso ya, aunque sea un congresito, que sea capaz de adecuar lo que hizo el Congreso del 2007 a las condiciones de hoy. Porque mis camaradas tampoco tienen un programa".
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