Dupla parlamentaria se reunió con el presidente de la Cuprífera y asesor gubernamental.
El senador Mariano Ruiz-Esquide y el diputado Carlos Abel Jarpa, llevaron el masivo rechazo de Ñuble a la licitación para la disposición de desechos mineros tóxicos, a las autoridades de Gobierno y Codelco, logrando congelar la resolución que podría haber permitido que miles de toneladas de residuos minerales, con el potente veneno arsénico, hubiesen llegado al relleno sanitario ubicado en Chillán Viejo.
Los parlamentarios se comunicaron con el presidente de Codelco, Gerardo Jofré; el ministro de Minería, Hernán de Solminihac y el asesor Jorge Alessandri, llegando a un acuerdo para postergar la licitación hasta una nueva discusión del tema. “Los asistentes se comprometieron a realizar todas las modificaciones necesarias y generar las instancias adecuadas para discutir el transporte y depósito de residuos industriales”, señaló la dupla parlamentaria.
La información motivó de inmediato una reunión del recién conformado Frente Amplio Contra el Arsénico, en el Centro Español, encabezada por los alcalde de Chillán, Sergio Zarzar, y de Chillán Viejo, Felipe Aylwin. Ya durante la mañana, los ediles efectuaron una primera rueda con los medios de comunicación, para dar a conocer el lanzamiento de la campaña de recolección de 10 mil firmas de adhesión ciudadana, e informar de lo que sería el viaje de una delegación al Parlamento, para denunciar la situación y sensibilizar a las autoridades y opinión pública sobre el tema, que estaba programada para hoy.
En definitiva, el viaje a Valparaíso se postergó para mañana miércoles, donde representantes del Frente Amplio, que concita en forma transversal a políticos, representantes de credos y organizaciones, incluyendo a los gremios, ofrecerá una conferencia de prensa en el Senado a las 11 horas para alertar al país de estos hechos, que hoy amenazan a Ñuble, pero que a partir de vacíos legales, permiten que el peligro se traslade a cualquier comuna y provincia del país, aseguraron.
El Frente Amplio, que es un movimiento en la zona del cual se desconocen precedentes, da la pelea por la defensa de la salud y de la economía de la zona. Lo primero, debido a que el arsénico es cancerígeno y un potente veneno; en lo segundo se argumentó que una zona que tiene fuerte producción agrícola para consumo interno, del país y exportación, con la llegada de estos tóxicos se convierte en una suerte de Chernobyl y nadie quiere saber nada de sus productos.
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