Cartas: Democracia Cristiana

Señor Director:

El diario "El Mercurio" ha publicado diversas opiniones e informaciones de y sobre la Democracia Cristiana relacionadas con nuestras actividades y propuestas.

Lo primero es el respeto semántico. "Ni Girardi nos ha citado", "ni estoy en una maniobra al reunirme con otros políticos". Lo primero es una invitación entre pares, y lo segundo es un acto político abierto y claro, en la línea que seguimos como dirigentes después de la derrota presidencial: conversar.

Lo segundo es que algunos miembros de la mesa de mi partido hacen críticas contradictorias, ya que no hemos dicho ni hecho nada que no esté enmarcado en la línea oficial de la Democracia Cristiana y ratificado después por el presidente nacional. Dije, o dijimos, que debíamos ampliarnos y hacer un programa adecuado al futuro. Ellos también. La diferencia está en que hemos solicitado un consejo ampliado antes de la junta y un nuevo congreso el próximo año. Ellos no lo consideran necesario.

Lo último es creer que nuestra derrota presidencial se debió a la pérdida del "centro político" que votó por Piñera a causa de una supuesta izquierdización. Es un punto de vista reduccionista. Hubo otras razones que la justificaron y ello es lo que debemos analizar a fondo en un congreso o discusión nacional para resolver el futuro. Hay además un tema de oportunidad y franqueza. ¿Por qué no se reclamó a tiempo? ¿Por qué no se dice ahora quiénes la aprobaron?

Tener una sola respuesta lleva a una sola conclusión que todos conocemos y no deseamos.

Nuestra invitación es a un diálogo fecundo. La unidad no es unanimidad. Es la diversidad en la fraternidad. No al revés. Eso pedimos.