En la Segunda del día de ayer se publica un amplio reportaje sobre las encuestas. Entre los resultados aparece el rechazo de un 49% a la iniciativa de la Iglesia Católica de pedir un indulto sin que alcance a hechos de sangre ni a los actores de atentados a los Derechos Humanos. El Presidente se pronunció en el mismo sentido y lo comparto.
Sin embargo, de lo que discrepo es la afirmación que señala que “la Iglesia no tiene nada que meterse en este tipo de cosas que no son religiosas”. La Iglesia Católica fue la primera en actuar en 1973 para salvar a muchos condenados sin juicio y en tomar una actitud a favor de cientos de personas que fueron salvadas de la persecución de la dictadura.
Si a la Iglesia se le hubiera aplicado entonces “ el no meterse en otro tipo de cosas” la situación de los detenidos de esos años habría sido espantosamente más triste.
Formo parte de un grupo de demócratas cristianos que a las 48 horas del Golpe Militar hicimos una declaración en contra de dicho golpe. A su vez, la lucha que se sostuvo en Concepción y en otras partes del país desde el comienzo habría sido diametralmente distinta sin el apoyo irrestricto de obispos y sacerdotes. Los nombres del Cardenal Silva Henríquez, Manuel Santos, Alejandro Goic, el Cura Fuentes y tantos otros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas en el país ganaron un espacio para la Iglesia que tenemos la obligación histórica de destacar por el servicio inmenso que en ese entonces hicieron y hoy se les niega.
La opinión de los encuestados en la muestra es importante, pero la obligación de mostrar nuestra verdad es aún mayor.
Mariano Ruiz-Esquide Jara
Senador
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