Los Angeles, Chillán, Lebu.
Año Nuevo de 2010.
Año Nuevo de 2010.
Estimadas (os) Amigas y Amigos de nuestra Región:
Sean mis primeras palabras para expresarles el gran aprecio y afecto que he llegado a tenerles a todas y todos después de tantos años juntos y que deseo transmitírselos en estas líneas. Por ende también mis mejores deseos de éxito a partir de esta fecha pasada la Navidad y Año Nuevo. Pero también deseo señalarles que de aquí al 17 de enero tenemos, además, una tarea adicional : cumplir con nuestros deberes cívicos y decidir el futuro de nuestro país, porque eso es lo que se decide en estas elecciones.
El 13 de diciembre quedaron sólo 2 candidatos para esta segunda vuelta, que tiene algunas similitudes con la primera; pero que tiene diferencias esenciales para los electores. Esto es, muy especialmente para los que fueron derrotados o se abstuvieron y para los que deben definir en conciencia su voto definitivo : la candidatura de Frei o la candidatura de Piñera.
Los llamo a votar por el primero de ellos. Por las cualidades de transparencia que Piñera no tiene. Por su historial democrático que la Derecha no tiene. Por lo realizado en 20 años que se logró con el esfuerzo y visiblemente distinto de lo que los equipos de la oposición hicieron en los años anteriores. Porque nadie nace de un día para otro sino que es hijo de su pasado, de su accionar presente y de su visión de futuro y en éllo está la diferencia que debemos valorar.
Hoy se dice que a Chile no se le puede mirar en blanco y negro y que hay que abrir un tercer referente. Este es un argumento bien presentado pero nefando. El primer gran defecto de la Democracia pre golpe – especialmente desde 1946 a 1973 – fue la división en 3 tercios que impidió gobiernos de mayoría, sin continuidad histórica.
El segundo fue muy especialmente desde 1964 a 1973, la existencia minoritaria pero influyente, de una visión nihilista y destructiva en esos dos tercios que llamaron a la guerra más que a la política.
De ahí el éxito de la Concertación que la destruiría el triunfo de Piñera. De ahí el valor de su diversidad – pero que se une tras una meta común – de esta misma combinación política que debe ampliarse a otras visiones para darle más profundidad, más amplitud, más compromiso en áreas pendientes sin destruir nada. Pero ahora llena con la mística que tuvimos al comienzo. Porque debemos reconocer que es más fácil hacer la guerra contra las dictaduras que construir la paz en la unidad para transformar Chile.
A esto los llamo en un esfuerzo común en torno a una conducción más cercana con nuestros parlamentarios electos. A todos y cada uno con nuestros partidos, independientes y las fuerzas sociales. Sin otra meta que el triunfo de Frei. Sin otra preocupación que ganar el 17 de enero. Postergando toda otra intención posterior que nos distraiga, que ya empieza a surgir. La renovación no es etárea solamente. Es colocar primero a Chile y después a nuestros partidos. Es colocar a éstos al servicio del triunfo de Frei y no al servicio de expectativas personales de mando futuro que hoy son inoportunas e inadecuadas cuando se exageran conforme lo difundido por los medios de comunicación nacional.
Se equivocan los que creen que tendrán oportunidades abiertas si gana la Derecha. Se equivocan los que creen que se puede servir simultáneamente a 2 señores. Tuvimos un 44% en la elección parlamentaria. Hay un 14% que recuperar. Cordialmente.
¡A TRIUNFAR!
Mariano Ruiz-Esquide Jara
Senador
Sean mis primeras palabras para expresarles el gran aprecio y afecto que he llegado a tenerles a todas y todos después de tantos años juntos y que deseo transmitírselos en estas líneas. Por ende también mis mejores deseos de éxito a partir de esta fecha pasada la Navidad y Año Nuevo. Pero también deseo señalarles que de aquí al 17 de enero tenemos, además, una tarea adicional : cumplir con nuestros deberes cívicos y decidir el futuro de nuestro país, porque eso es lo que se decide en estas elecciones.
El 13 de diciembre quedaron sólo 2 candidatos para esta segunda vuelta, que tiene algunas similitudes con la primera; pero que tiene diferencias esenciales para los electores. Esto es, muy especialmente para los que fueron derrotados o se abstuvieron y para los que deben definir en conciencia su voto definitivo : la candidatura de Frei o la candidatura de Piñera.
Los llamo a votar por el primero de ellos. Por las cualidades de transparencia que Piñera no tiene. Por su historial democrático que la Derecha no tiene. Por lo realizado en 20 años que se logró con el esfuerzo y visiblemente distinto de lo que los equipos de la oposición hicieron en los años anteriores. Porque nadie nace de un día para otro sino que es hijo de su pasado, de su accionar presente y de su visión de futuro y en éllo está la diferencia que debemos valorar.
Hoy se dice que a Chile no se le puede mirar en blanco y negro y que hay que abrir un tercer referente. Este es un argumento bien presentado pero nefando. El primer gran defecto de la Democracia pre golpe – especialmente desde 1946 a 1973 – fue la división en 3 tercios que impidió gobiernos de mayoría, sin continuidad histórica.
El segundo fue muy especialmente desde 1964 a 1973, la existencia minoritaria pero influyente, de una visión nihilista y destructiva en esos dos tercios que llamaron a la guerra más que a la política.
De ahí el éxito de la Concertación que la destruiría el triunfo de Piñera. De ahí el valor de su diversidad – pero que se une tras una meta común – de esta misma combinación política que debe ampliarse a otras visiones para darle más profundidad, más amplitud, más compromiso en áreas pendientes sin destruir nada. Pero ahora llena con la mística que tuvimos al comienzo. Porque debemos reconocer que es más fácil hacer la guerra contra las dictaduras que construir la paz en la unidad para transformar Chile.
A esto los llamo en un esfuerzo común en torno a una conducción más cercana con nuestros parlamentarios electos. A todos y cada uno con nuestros partidos, independientes y las fuerzas sociales. Sin otra meta que el triunfo de Frei. Sin otra preocupación que ganar el 17 de enero. Postergando toda otra intención posterior que nos distraiga, que ya empieza a surgir. La renovación no es etárea solamente. Es colocar primero a Chile y después a nuestros partidos. Es colocar a éstos al servicio del triunfo de Frei y no al servicio de expectativas personales de mando futuro que hoy son inoportunas e inadecuadas cuando se exageran conforme lo difundido por los medios de comunicación nacional.
Se equivocan los que creen que tendrán oportunidades abiertas si gana la Derecha. Se equivocan los que creen que se puede servir simultáneamente a 2 señores. Tuvimos un 44% en la elección parlamentaria. Hay un 14% que recuperar. Cordialmente.
¡A TRIUNFAR!
Mariano Ruiz-Esquide Jara
Senador
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