REPÚBLICA DE CHILE, SENADO
Legislatura 356ª (ordinaria)
Sesión 19ª (Martes 13 de mayo de 2008)
--Se abrió la sesión a las 16:19.
CREACIÓN DE FONDO DE INNOVACIÓN PARA COMPETITIVIDAD
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).- Gracias, señor Senador.
Tiene la palabra el Senador don Mariano Ruiz.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Gracias, Presidente.
El proyecto que tenemos en discusión trae un largo trámite hasta llegar a discutirse en una Comisión tripartita, lo que demuestra la complejidad del tema pero al mismo tiempo la urgencia de resolverlo.
La innovación y la competitividad son los dos pilares más fuertes que tiene la modernidad en nuestro país. La primera por la rapidez del crecimiento tecnológico y científico del mundo entero, y de nuestro país evidentemente. Y la segunda, por la globalización e intercambio de estos conocimientos a nivel planetario.
Debo señalar que en este punto, sin embargo, no comparto uno de estos conceptos como eje central de la materia en comento, ya que considero que el conocimiento científico, la innovación y el crecimiento acelerado y la capacidad del hombre no deben necesariamente ser centrados en la competitividad.
Veo la innovación y el desarrollo tecnológico, el crecimiento y este aumento de la capacidad de la sociedad como un mecanismo de ser más y no solo tener más. }
La sola visión de la competitividad como el eje central de una comunidad humana, no es lo que hace lograr la felicidad de sus miembros. Por el contrario, los estudios de estrés en las enfermedades depresivas y en el comportamiento anormal de los jóvenes de hoy desde muy temprana edad hace suponer y pensar, a la luz de esos trabajos, que la competitividad excesiva, y creo que Chile está cayendo en eso, es una de las causas principales de este desorden en el comportamiento humano.
Reconozco que esto es una visión más humanista que la que normalmente se coloca en marcha cuando queremos tratar estos temas, para hacerlo franco de una materia que se ve más desde el punto materialista, y por ello haré indicación, aunque parezca curioso, para modificar el título del proyecto porque creo que es fundamental que el alma mater del proyecto debe ser el desarrollo del ser humano a través de la tecnología, y no al revés.
El segundo elemento central en la discusión ha sido la concepción integral del crecimiento y desarrollo del país, y se ha señalado que sin esta estrategia general no se puede hacer una estrategia previa de innovación. Y que por lo tanto no es lógico colocar esta como un elemento solitario y alejado de ella.
Comparto este punto, en cuanto creo que es el ordenamiento real de las cosas y de cada uno de los elementos en discusión: primero lo global y segundo, lo particular.
Sin embargo, creo que podemos avanzar en un esfuerzo por hacer un camino más histórico, como el tradicional que se han visto estos temas en otros países, y lograr un círculo virtuoso en que ambas concepciones -innovación y estrategia- se retroalimenten.
El tercer elemento asaz discutido ha sido la proveniencia de los recursos a intervenir en materia innovativa.
El debate se ha centrado en tres alternativas posibles. Primero, en recursos provenientes en su totalidad del Presupuesto Nacional a través de la ley pertinente, que es la Ley del Presupuesto anual, pero proyectado a largo plazo, porque ninguna estrategia ni innovación ni de estrategia de desarrollo puede tener menos de 5 ó 10 años de proyección.
La segunda alternativa es que haya recursos provenientes en su totalidad de los impuestos a la gran minería del cobre.
Y, finalmente, una alternativa tercera es una mixtura entre Presupuesto nacional y recursos provenientes del cobre.
Personalmente, en forma teórica, debo decir que me inclino por la primera de las opciones, porque permite una aplicación más nacional, sin estar sujeta a las exigencias regionales cuando se mezcla una entrega de fondos de una determinada Región del país y no de otras.
Sin embargo, la realidad objetiva de hoy, y a la luz de lo que hemos conocido en estos meses, se introduce un tema diferente, ya que obliga a tomar en consideración como viable la opción que indica la participación de los recursos de la economía cuprera.
Se trata, por lo tanto, de invertir, como nuevo elemento no considerado en los planes habituales -los grandes planes que tenían los países hace 10 ó 20 años atrás, los plantes quinquenales o de otra naturaleza-, se trata por lo tanto ahora de invertir preponderante en una innovación lo suficientemente poderosa y fuerte que permita responder al peligro de desaparición por agotamiento de la minoría y que, por lo tanto, dejaría a las Regiones productoras una vez agotado el mineral en una absoluta carencia de áreas de desarrollo. Es lo que se ha discutido como el tema de las riquezas agotables, a diferencia de lo que pueden tener las otras partes del país donde su estrategia puede fincarse en lo que es materias, áreas productoras de elementos renovables.
El cuarto punto que quiero señalar se refiere a decidir el porcentaje que en esta perspectiva debe ser entregada a las Regiones mineras, en segundo lugar, al porcentaje de minería que debe tener ella o la minería en esa Región como parte o porcentaje del producto interno regional y también al resto de las Regiones no mineras, en un país que es unitario -y eso no se puede olvidar, porque una de las cosas que nos puede pasar en este aspecto de la regionalización excesiva o mal orientada en que terminemos en una suerte de balcanización del país-, y además el país debe ser solidario tanto con las Regiones mineras -y por eso se incluye esta cosa prioritaria para ellas- como también aquellas otras Regiones no mineras, que también carecen de los suficientes recursos y donde realmente tenemos que hacer un esfuerzo específico.
Un punto final -a fin de no alargar mi intervención- es quién, cómo y con qué institucionalidad se debe administrar los fondos de discusión nacional y los fondos de discusión y aplicación regional. Tema sobre el cual hemos tenido un largo debate y al cual tendremos que incidir después en la discusión en particular.
Un tema que ha cruzado el debate, y lo menciono solo para los efectos de resaltar su importancia, es en la materia universitaria, su incidencia en las agencias o incidencia en la participación del proceso regional como parte integrante de quienes deben decidir hacia dónde se incluye el desarrollo de cada Región con los fondos que estamos señalando.
Ha habido aquí dos opciones bastante claras. Una, que se entrega fundamentalmente por tratarse de una innovación competitiva y, por lo tanto, fundamentalmente empresarial, que sostiene que deben tener una importancia menor y que debe estar dado fundamentalmente por la alianza entre las empresas y, básicamente, lo que entregan o usan el dinero; otra en la cual hemos estado en que le consideramos que las universidades son esenciales al constituir estas agencias de inversión.
Creemos, quienes pensamos así, en su participación como elemento central en el entendido que hayan y se den tres circunstancias expresas: ellas deben ser efectivamente regionales y no solo testaferros de universidades de Santiago que bajo acuerdos pecuniarios terminan ahogando esta precisión que he señalado.
Segundo, que tengan una concepción regional, que no es lo mismo, en su condición de no solo en preparar -y al igual que el resto de las universidades- los profesionales en lo que hemos llamado la gran déficit de las universidades que terminan siendo solo colegios mayores, algunas de ellas de formación de profesionales; y necesitamos entonces, por lo tanto, que haya naturalmente una participación en el desarrollo de lo que se llama en puertas afuera, lo extramuros de la universidad.
Y tercero, que realmente ella, al decir que sea regional, estamos diciendo como tercer aspecto esencial, es que su desarrollo, su preferencia, su alma Mater, en definitiva, debe ser en las cosas que son pertinentes a la Región.
Por esto, señor Presidente y estimados colegas, voy a, en una muy primera y somera aproximación, anuncio que votaré favorablemente este proyecto como un elementos sustancial en lo que queremos hacer de Chile en los próximos 15 ó 20 años.
He dicho, Presidente.