martes, mayo 18, 2010

Propuestas a la Junta Nacional

En el partido democratacristiano chileno en la encrucijada del Bicentenario, Ignacio Balbontín plantea un conjunto de propuestas políticas para ser debatidas en la próxima Junta Nacional.
Al respecto, es importante la tesis que sugiere re-articular sin prejuicios una nueva gran mayoría nacional y popular a partir de las raíces de la Concertación, y lejos de un centro político anodino, conservador del statu quo y equilibrista.
Ello supone construir nuevos acuerdos hacia la izquierda ―esto es, con los partidos Socialista, Por La Democracia, Radical y Comunista―, hacia las principales centrales sindicales, y hacia los sectores medios: los emergentes, aspiracionales y orientados por el consumo; y los más arraigados a valores tradicionales, tales como la meritocracia y el servicio público.
Se trata de llevar a cabo la «reencarnación social» de ambas capas medias, con el propósito de generar una nueva hegemonía social, cultural y política.
Otra tesis, muy ligada a la construcción de una nueva mayoría nacional y popular, postula superar la crisis de la actual estrategia de desarrollo, a través de nuevas combinaciones entre el Estado y el mercado, donde la sociedad cumpla un papel más activo, participativo, orgánico y solidario, y, de esta manera, se dirija hacia una economía más humana.
Es lo que se ha llamado un Estado Democrático Social de Derecho. El marco de referencia general de estas iniciativas es el V Congreso y la indispensable reinserción estratégica y socio-política. Esto entraña hacer política dentro de la deliberación y el diálogo pacífico y democrático. Significa que toda negociación con el gobierno debe estar inspirada en la profundización de la democracia, la integración social, la inclusión y la participación.
Toda oposición, asimismo, debe resistir los intentos de circunscribir la democracia a intereses privados. Por eso, en materia política el objetivo es vigorizar la plataforma programática aprobada unánimemente por el V Congreso: una Nueva Constitución; buscar un nuevo pacto democrático de convivencia; terminar con el binominalismo y el sistema de quórum calificado; abrir la deliberación sobre el derecho del pueblo a participar en la gestación y decisión de su nueva carta fundamental; profundizar la regionalización, descentralización y el aumento del poder local; perfeccionar la transparencia, disminuyendo los conflictos de intereses entre lo público y lo privado; aumentar el derecho a la veraz información y a la pluralidad en los medios de comunicación; concretar el derecho a voto de los chilenos en el exterior sin condiciones que atenten contra sus Derechos Humanos; y terminar con las inhabilidades entre la condición de dirigente social y parlamentario.
En materia económica, y de acuerdo a lo resuelto por el V Congreso, propugnar desde ya una Reforma Tributaria permanente y de fondo, que haga más justas y proporcionales las cargas impositivas, asegure la redistribución equitativa de la riqueza, y cautele los derechos de las capas medias y populares.

Finalmente, y como lo señalan las resoluciones del V Congreso, se propone avanzar en las reformas sociales con la participación democrática y representativa de todos los actores involucrados, reivindicar el derecho al trabajo decente, fortalecer la negociación colectiva, y establecer una remuneración o sueldo ético.

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